martes, 2 de octubre de 2012

EN LA SELVA AMAZONICA, EN MACAS


Salimos de Baños entusiasmados con tanta actividad y con un buen grupo de amigos con los que compartimos el día: una pareja de Barcelona que llevan un año dando la vuelta al mundo, un brasileño un poco soso, un italiano en viaje de negocios y dos “wendys” noruegas que sólo sonreían. Y también muy relajados con otro baño de aguas termales (también gratis).
Estuvimos buscando ofertas de las agencias para visitar la selva pero, todo nos pareció bastante folklórico y preparado para los turistas. Eso teníamos claro que no queríamos así que nos decidimos a emprender camino a MACAS un pueblo más al Oriente en el que mi amigo Diego hace años me contó una buenísima experiencia. Un viaje de cuatro horas con una espectacular estampa de extensión selvática a ambos lados de la carretera hasta llegar. De nuevo a visitar agencias, dudamos bastante… y finalmente decidimos aún con la cosa de si habríamos acertado.
Dos días adentrados en la comunidad de Buena Esperanza, tras 45 minutos en carro (como dicen aquí a los coches) y cerca de 1 hora de caminata para llegar a un lugar donde nos esperaban dos chozas, una de la familia shuar que nos acoge y otra la nuestra. Nuestro guía Ayuy Bolivar nos presentó a sus 3 hijas y sólo en segundo término a su mujer que ha estado prácticamente dedicada a su cocina durante todo el tiempo.
Hemos tenido oportunidad de darnos largas caminatas por senderos embarrados de selva (gracias a las botas de agua que nos dieron en la agencia) para conocer todo tipo de árboles y plantas. En la selva tienen remedio para casi todo: unas flores para el dolor de muelas que probamos cómo te anestesian la boca, la famosa sangre de Drago (cicatrizante excepcional), otras para la tuberculosis, para el dolor de estómago, antiinflamatorio,… Nosotros no dijimos que éramos médicos por si nos ponían en un compromiso.
También conocimos la huerta (quién diría que aquellos matorrales eran una huerta!!) con sus papas chinas, yuca, piñas, ají, papayas y otras clases comestibles que sirvieron para nuestro sustento durante estos días. Y así, sin darnos cuenta, nos fueron picando los mosquitos a pesar del repelente, la vitamina B y cualquier cosa que se le ponga por medio. Sólo funcionó una hoguera de humo que hicieron con restos de un hormiguero de termitas, ¡menudo invento!.
Hemos recorrido el río en canoa mientras nuestro amigo Bolivar era capaz de pescar sólo con ayuda del remo. Y por supuesto, los peces del río a la cazuela, eso se llama comer fresco. Hemos probado el tiro con cervatana. Y Otra de las costumbres shuar de la que hemos participado ha sido la de los barros sobre el cuerpo (lo cura todo) y después de embadurnarnos por completo y dejar secar el barro se nos puso un tono blanquecino que sólo pudimos aliviar con un buen baño en el río. También han hecho música y danzas para nosotros bien ataviados con su artesanía típica.
Han sido días de auténtico aislamiento selvático sin luz ni agua corriente. Aquí se vive con la luz solar y a las nueve ya estás aburrido de ver la luna llena (no te deja ver las estrellas pero, también tiene lo suyo). Las noches son ruidosas por la cantidad de vida que hay en la selva, han sido frías y lluviosas pero, lo hemos llevado bien con ayuda de cuatro mantas. Hemos estado sin ver un solo blanco y probando comidas exóticas muy ricas que nos preparaba Juani (la esposa, embarazada de 6 meses). También hemos probado la Chicha, un líquido que preparan para toda celebración y que lo peor es saber que lo elaboran tras masticar la yuca y dejarla fermentar ¡puafff!.
En cualquier caso, no tenemos muchas oportunidades de experimentar lo que es subsistir con lo que la naturaleza nos brinda y esto ha sido bonito vivirlo aunque uno eche de menos tantas cosas que en el día a día nos pasan desapercibidas.
Después de la incertidumbre, creo que hemos acertado: poco folklore y mucha convivencia con otra gente sencilla que también hace lo posible para sacar la familia adelante con ayuda de la selva y del turismo que hasta aquí se acerca. Muy recomendable.








3 comentarios:

  1. Viva la a ventura en primera línea. Por todo lo que vais viendo y viviendo estoy seguro que no echais en falta a Rajoy y sus amigos.
    Seguimos a la espectaviva con vosotros y disfrutando de las narraciones.
    A por la siguiente etapa. ¿llegan ya las Galapagos?

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  2. ¿Y dónde cargabas el iPhone?
    Mira por dónde el urbanita se nos está asilvestrando.
    Por aquí todo transcurre con normalidad...
    Un abrazo a los tres. Y a los que os alojan, claro...

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  3. Por si alguien busca información para viajar a este lugar, pongo los datos de contacto directo con el guía shuar que estará encantado de hacer la acogida y le facilitará unos ingresos sin intermediarios muy necesarios para su proyecto turístico:

    AYUY BOLIVAR SHIQUIA
    Cabañas Awakchatay. Comunidad Shuar de Buena Esperanza.
    bolivarayuy@hotmail.com
    Tfno: 0980654564

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