DESCANSANDO EN GALAPAGOS

El ritmo que nos habíamos impuesto en el resto de las islas nos hizo llegar a Puerto Ayora en la isla de Sta. Cruz tremendamente cansados: el madrugón, el estrés del barco, las caminatas y buceos... Así que decidimos tomarnos unos días mas relajados.
Sta. Cruz es una isla mas poblada, con mejor infraestructura y de mas ambiente turístico. Hay cajeros automáticos, las calles y carreteras son de asfalto y esta lleno de tiendas de artesanía y productos típicos.
Visitamos el centro de interpretación y crianza de tortugas Charles Darwin (en recuerdo de lo que el viaje a Galapagos le aportó a su teoría de la evolución). Un lugar lleno de ciencia. De ahí a buscar una playa donde descansar nuestros cuerpos aunque para llegar a Tortuga Bay hay que caminar tres kilómetros. Arena fina y blanca con olas cantábricas en una parte y otra como un remanso Mediterráneo. Por supuesto, esta playa tampoco se libraba de sus bonitas iguanas danzando por la arena. Dió tiempo para la siesta, lectura, baño y paseo. Lo necesitábamos.

En estos días también ha merecido la visita a un rancho con tortugas de tierra centenarias en libertad donde la ausencia de turistas y vigilantes cercanos te permiten interactuar con estos animales tan poco activos. Y a Las Grietas un lugar donde el agua se introduce en un cortado entre dos paredes donde nadar y ver un fondo lejano de peces es una maravilla. Al lado está la playa de los alemanes donde en solitario nos concedimos descansar el resto del día.

También hemos tenido tiempo para el turismo "humano". En las Grietas coincidimos con una familia ecuatoriana de aspecto acomodado con tres niños. Enseguida congeniaron con nosotros en el baño, snorkel, juegos... simpáticos y agradables y como los niños lo cuentan todo nos enteramos del hotelazo en el que estaban, que van a colegios del opus (separados chicos y chicas, claro), que el padre es socio de una empresa de exportación de gambas, la madre estudia en la universidad. Vamos, diferente a todo lo conocido hasta ahora. Madre y abuela encantadas de nuestro tiempo con los niños, nos hablaron de las maravillas de España ( conocían) y de los males que la emigración ecuatoriana (lo peor) nos ha llevado a nuestro país. Nosotros amables y sin entrar en polémica que la cosa no lo merecía y hemos venido a ver de todo. Creo que estos no son votantes de Correa.

Varios taxistas habladores que nos han contado su experiencia de emigración nacional desde el continente forzados por la precariedad laboral de sus lugares a una tierra donde se gana mucho más aunque sea lejos de la familia. Un tanto limitados por la vida isleña y siempre soñando en poder volver a su lugar. !!cómo tira la tierra!!.
También hemos conocido a una pareja de vascos (oír euskera en Ecuador se pilla al vuelo) pero, han resultado bastante sosos. Con la ilusión que hace encontrarse con "iguales" parece que a estos dio lo mismo. Allá ellos.
Decidimos dar por terminada nuestra estancia en Galapagos con otra langostita esta vez a la plancha y con
salsa de coco. Ummmmh!!! para chuparse los dedos.

Como veis nos hemos dado al descanso físico pero, el palpar realidades diversas no ha cesado.
Para la vuelta al continente hemos hecho un maratón de medios de transporte: en taxi cruzando Sta. Cruz, ferry para cruzar un pequeño estrecho hasta la isla de Baltra, autobús hasta el aeropuerto, avión de vuelo al continente y para llegar hasta nuestro siguiente destino (Cuenca) hemos alquilado un coche particular.

PD: Esta vez me he demorado en la actualización porque el ordenador ha decidido descansar y hemos tenido que visitar un servicio técnico. Parece que ya esta listo. También mi cámara de fotos ha hecho crack (ésta definitivamente) pero gracias a las de los compañeros y al móvil podréis seguir disfrutando de testimonios gráficos. La vida es así.