viernes, 21 de septiembre de 2012

AHORA SI QUE ATERRIZAMOS

Cuando uno llega al aeropuerto de Quito contacta sin duda con un fenómeno omnipresente en aquel lugar. El fenómeno de la EMIGRACION. Personas que llegan y familias que reciben, muchos de ellos con los ojos llenos de lágrimas quizás por la emoción, por lo que perdieron, por lo que nunca contarán, por los miedos a lo que se encontrarán... "LLevo 5 años sin volver y ahora me voy a quedar 5 meses" "Yo vine hace 2 años. Tengo ganas de volver a ver mis hijos pero, sólo podrá ser un mes". Emoción, mucha emoción contenida.

Una interminable fila en el control de pasaportes nos permitió un encuentro importante. "Este es misionero, seguro", decíamos. "Estos tienen pinta de cooperantes" pensaba él. Y el tiempo de zigzagear en la cola nos permitió conocer de primera mano la experiencia de un carmelita de los expulsados de Sucumbíos. Quizás algunos no conocéis bien la historia pero, Sucumbíos es una zona de Ecuador donde los misioneros han llevado una fe que libera y que genera dinámicas de cambio, donde hay personas que experimentan lo que es crecer y multiplicar vida (había que ver los ojos iluminados de Pedro Luis relatando)... eso generó escándalo en algunos que mandan mucho y... tuvieron que abandonar. Aún la población no se resigna y todavía siguen alzando sus voces reivindicando algo que ya conocieron bien. Bonita escucha.
Y cuando llegamos al control nos revisan el equipaje, ven la maleta llena de medicinas y nos hacen mil preguntas. Menos mal que se acercó nuestro reciente amigo nos presentó como cooperantes de su misión y presentó su carné de residente en el país. La providencia.
 Y para rematar la casualidad de la vida resulta que Pedro Luis es de Zamora, de un pueblo a 5km de donde provienen mis raíces, de Fontanillas!!!. Vivir para ver.

Nos estaban esperando Pedro Jesús, Elena y Santiago con una furgoneta grande y con unos brazos muy abiertos. Pedro (El padre Pedro) es de Albacete y lleva 10 años en Ecuador. Elena esta de cooperante con él desde hace 5 meses, es terapeuta ocupacional. Santiago es un joven de la parroquia, simpático, un poco avengonzado y riendo constantemente. Y a partir de ese momento empezamos a dar besos (sólo uno a cada uno, porque aquí es así) a todos los que aparecían por la parroquia. No he dado tantos besos a desconocidos en mi vida. Gente sencilla, amable, tremendamente amable y todos brindándonos buenos deseos y agradecidos de nuestra visita.
Todo familiar. Encuentro de catequistas donde tuvimos que decir unas palabras. Celebración del cumpleaños de Elena. Viaje en furgoneta para ir llevando a los catequistas a sus casas de un barrio de 45000 habitantes, desolado, oscuro y un tanto inhóspito. Contrastando con el calor de la furgoneta donde viajábamos 24 y no sólo era calor físico sino también humano.
Nos ha hablado de mil proyectos. Ya hemos tenido tiempo de visitar la guardería. Un lugar mágico con una monja pequeñita, Esperanza (esa sí que reparte esperanza!), con 81 niños y niñas que saludan, sonríen y les encanta ser fotografiados. Nos hablan de las últimas mejoras, de los padres implicados, de los valores que quieren trasmitir. Otro lugar mágico.
También ha dado tiempo para ver lugares bonitos pero, lo contaremos.

Como veis, de momento todo el viaje habla de un lugar de personas pequeñas que hacen cosas grandes. Todo un privilegio.



5 comentarios:

  1. Realmente bonito y emotivo. Me voy a trabajar con una enorme sonrisa. Gracias.

    ResponderEliminar
  2. La verdad es que me siento un poco en Ecuador. Tal y como lo cuentas y el contenido de todo ello me hace casi tocarlo, olerlo y sentirlo.
    Yo también estoy viviendo a tope, me encuentro en el Semi con 16 jovenes haciendo el PPV. Toda una sementera de futuro. Tratando cada una y cada uno de entrar en la "complicidad del Amor, para poder vivir , arriesgar, entregar y recibir.
    Me siento muy afortunado y doy gracias a Dios por todo ello
    Que siga

    ResponderEliminar
  3. Con lo que te gusta a ti dar besos!!! Si es que al final los viajes (interiores y exteriores) son los que nos cambian...
    Por aquí la vida sigue. Pasándolo regular con lo de mi padre. Poco a poco. También "de viaje"...
    Oye, de Asier y Javi no dices nada; ¿los has perdido?
    ¿Qué clima tenéis allí?
    Bueno, seguid disfrutando. Seguiremos atentos al blog.
    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  4. Hola Maxi:
    Nos alegramos que estes disfrutando y hayais tenido un comienzo tan calido y lleno de compañia. Disfruta mucho y seguiremos leyendote. Saludos y saluda a Javier de mi parte.

    ResponderEliminar