En Baños no ha habido manera de estar secos. La temperatura
es agradable y eso nos permite estar “cómodamente húmedo”.
Es un pequeño pueblo turístico, de gentes amables, un lugar
para sentirse cómodo. Nos alojamos en el hostal Transilvania regentado por una
familia ecuatoriano-israelí (nos gustan los sitios exóticos) donde en la
recepción lo mismo puedes estar escribiendo este blog, comer algo, jugar al
billar, jugar con los niños de la casa o ver una peli. El pueblo se sitúa a las
faldas del volcán Tungurahua (garganta de fuego) que recientemente ha dado
algunos sustos, el último hace apenas un mes que fue bastante suave pero, en
otras ocasiones han llegado a la evacuación. Hablando con algunos se palpa que
viven con la amenaza de la erupción aunque dicen que si están todo el día
pensando en ello es imposible vivir y hasta son capaces de hacer bromas sobre
el tema. Supongo que tiene que ser duro vivir en esta tesitura.
Nada más llegar, probamos las piscinas termales
(caliente-fría-muy caliente-fría-ardiendo-fría…) donde es realmente relajante
sumergirte por la noche con una enorme cascada iluminada al frente y dejando
que las gotas de lluvia te caigan sobre la cara. Alucinante.
Dedicamos un día a hacer una ruta de 20km. en bicicleta
(tranquilos! todo en bajada) junto al cauce del río haciendo paradas para
contemplar cascadas cada cual más impresionante: Agoyán, el Manto de la Novia,
el Pailón del Diablo (la más espectacular, que hasta se puede pasar detrás de
ella)… No os olvidéis que seguía lloviendo así que estuvimos poniendo y
quitando la capa todo el día, además de unas buenas caminatas para bajar y
subir a ver las cascadas. Finalmente no sabía si estaba mojado de la lluvia, de
las gotas que saltan de la cascada o del sudor del esfuerzo. También hemos
probado otros medios de transporte como son las Tarabitas, una especie de
cesta donde se llena de gente (en nuestro caso ,sólo 3 porque no nos hemos
encontrado prácticamente con turistas en todo el camino) y colgado de un cable
bajas o cruzas por encima de la cascada. Los más intrépidos, o sea Javier y
Asier, han cruzado el cauce del río a 100m de altura en tirolina (lo llaman
canopi), una experiencia que yo he preferido contemplar desde tierra firme y
sacarles unas fotos. Hablan maravillas pero, no he podido impedir que el
estómago se me encoja cada vez que lo pienso. Mientras ellos descendían y
volvían he tenido tiempo para hablar con los lugareños. No hay nada como decir
que eres de España para que enseguida surjan las historias de familiares
emigrantes con duras experiencias allí: un hermano muerto en accidente de
tráfico, un vecino al que le embargaron por no poder soportar el crédito de la
casa que compró, un tío que está pensando en volver… Aquí también se contempla
con estupor lo que allí percibimos en directo. Es un gusto hablar con las
personas que te encuentras, parecen sinceras, sencillas y tremendamente
amables. Como veis, aunque no he probado la tirolina también he disfrutado del
paisaje humano.
Y siguiendo con las experiencias impactantes, hoy hemos
hecho rafting. Hemos salido de Baños lloviendo (cómo no!) en un autobús
turístico que no tiene ventanillas así que hemos podido disfrutar de un viaje helador y húmedo
durante 20 km. Llegada al lugar, neoprenos y chalecos para recibir las
instrucciones en caso de caída al agua mientras oíamos el ruido de las aguas al
fondo (me ha recordado a los médicos cuando damos el consentimiento informado
para firmar: te pueden pasar cosas horribles pero, casi nunca pasan). Para esas
alturas ya estaba arrepentido y más cuando he visto el río de aguas bravas:
dicen que los ríos se numeran por dificultad y la máxima es el 6, este era un 4.
Me ha tocado delante, me han nombrado capitán de la izquierda (al menos…) y nos
vamos al agua. Los primeros minutos han sido de toma de contacto pero, después
han llegado las olas que te calaban y zarandeaban. La barca de al lado ha
volcado y a una de las chica le ha dado una crisis de ansiedad… puff. La verdad
es que ha sido un subidón de adrenalina increíble pero hemos disfrutado
muchiiiiiiisimo. Después comida calentita (seguía jarreando) y vuelta al
pueblo. Para entonces hemos conseguido ver el sol, un arco iris completo y
algunos claros en el cielo. ¡¡Llevo un rato en la habitación del hostal sin ver
llover y me siento extraño!!
Y me olvidaba de lo mejor, hoy todo gratis porque es el día internacional del turismo así que hemos disfrutado doblemente y ahorrado una pasta.
Y me olvidaba de lo mejor, hoy todo gratis porque es el día internacional del turismo así que hemos disfrutado doblemente y ahorrado una pasta.
Baños es un lugar de la naturaleza en estado puro, vegetación y animales se presentan para disfrutarlos.
¿A que os están dando ganas de visitar este lugar?